Bienvenidos a un nuevo post de Vettv. En esta ocasión te contaremos todo lo que debes saber sobre los parásitos externos
Los parásitos externos son aquellos organismos que viven en el pelo y en la piel de nuestras mascotas, beneficiándose del animal y provocando diferentes daños. Entre otros parásitos externos se encuentran los microscópicos, como los ácaros que causan la sarna. Y los visibles por el ojo humano, como las garrapatas, las pulgas, los piojos y los mosquitos transmisores de enfermedades como la leishmaniosis o la enfermedad de Lyme. La mejor forma de evitar los parásitos externos es acudir a nuestro centro veterinario. Allí podremos elaborar un plan de prevención, e informarnos de los riesgos que hay en nuestra zona o en un lugar que vayamos a visitar durante los viajes. Para prevenir los parásitos, debemos revisar a nuestros animales cada poco y de forma completa, es decir, de la cabeza a la cola, dentro de las orejas y en las axilas e ingles. Además, tenemos que mantener higiénica la estancia del animal, limpiándola periódicamente. Estaremos atentos a síntomas como un rascado excesivo, un enrojecimiento de la piel o la aparición de descamaciones, costras, ampollas y zonas sin pelo. Si detectamos cualquier síntoma o parásito, hemos de acudir al veterinario, quien nos recetará el tratamiento más adecuado. Nunca debemos arrancar una garrapata nosotros mismos; si lo hacemos mal, dejaremos parte de ella en la piel de nuestra mascota, empeorando mucho el daño. En el mercado disponemos de una gran variedad de productos para el control de los parásitos externos, según sea para la edad de la mascota y la estrategia terapéutica. Los productos repelentes se encargan de ahuyentar a los parásitos. Los antiparasitarios, además de prevenir la parasitación, matan al parásito. Las sustancias suelen presentarse en forma de collares, pipetas, sprays o champús. Hemos de recordar que no debemos utilizar varios productos al mismo tiempo, ya que estaríamos sobredosificando a nuestra mascota. Según el producto, la eficacia varía, siendo algunos solo para cachorros o solo para adultos. Nuestro veterinario nos indicará el más adecuado. Si lo aplicamos nosotros mismos, tenemos que asegurarnos de que el pelo esté bien limpio mediante un baño. Pero han de pasar unas cuarenta y ocho horas entre el baño y el empleo, para que la capa de grasa que recubre la piel se recupere y la sustancia sea más efectiva. Además, aún faltarán otras veinticuatro horas en distribuirse por el cuerpo y proteger por completo al animal. Si observásemos malestar en el animal, babeo excesivo o pérdida de pelo, debemos interrumpir el tratamiento de inmediato y contactar con nuestro veterinario, pues tal vez esté causando alguna reacción inadecuada a nuestro mejor amigo. Pincha aquí para ver nuestro vídeo clínico.